Con Muerte de Narciso (1937) irrumpió José Lezama Lima en la poesía cubana. La riqueza de imaginería y lenguaje produjeron mucho desconcierto y alguna admiración. En sucesivos cuadernos el escritor fue haciendo más denso su caudal reflexivo. Para él la poesía era una manera de filosofar. Afirmaba que había edificado un sistema poético que nutría su escritura. La lectura de su quehacer lírico exige un lector activo dada la barroca consistencia de los textos donde la imaginación fabulosa se da la mano con una erudición desconcertante y una voluntad lúdica que requiere paciencia y sentido del humor para penetrar en los laberintos de uno de los poetas mayores del siglo XX cubano. ROBERTO MÉNDEZ
JOSÉ LEZAMA LIMA (La Habana, 1910-1976). Poeta, editor, ensayista, es él mismo una literatura. Elaboró una singular teoría de la creación, de acuerdo con la cual la imagen poética es el motor de la Historia. Fundador de revistas, entre las cuales se destaca la mítica Orígenes (1944-1956), le pertenecen, entre otros, los poemarios Muerte de Narciso (1937), Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945), La fijeza (1949) y Dador (1960); los libros de ensayo Tratados en La Habana (1958) y La cantidad hechizada (1970), así como las novelas Paradiso (1966) y Oppiano Licario (1977).
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